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A 59 años del “agua envenenada” |
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Ciudad Hidalgo, Mich., 16 de febrero de 2018 El próximo 06 de abril de este año 2018, se cumplirán 59 años de los trágicos acontecimientos ocurridos aquí en Ciudad Hidalgo, nuestra antigua Taximaroa. 1959 se caracterizó por la agitación política de este municipio. Don Aquiles de la Peña nació en 1900 en Veracruz, cursó su educación primaria y secundaria e ingresó al Colegio de Chapingo a estudiar para Ingeniero Agrónomo sin haber terminado estos estudios. Trabajo para don Ambrosio Puente, maderero que compró a los dueños de la hacienda de Chaparro la producción de durmientes. Por el año de 1924 Don Aquiles de la Peña ya radicaba en Ciudad Hidalgo y desempeñó el cargo de Diputado local suplente, puesto que ocupo más de una vez y desde aquellos días conformó un equipo con el que dominaría la vida política de la región. Para el año de 1930 Don Aquiles de la Peña contrajo matrimonio con Doña Jovita Marín, quien heredó de su padre Don Herminio Marín, regulares bienes. Don Aquiles de la Peña durante cuatro décadas manejó los destinos del municipio e hizo suyos los derechos de los ciudadanos. Llegó a ser Presidente Municipal, Diputado al Congreso Local y de la Unión; pretendía una Senaduría y aun se apuntó con la idea de una candidatura a Gobernador del Estado. Durante su gestión fortaleció la explotación forestal racional, fue de los primeros floricultores en esta región, construyó caminos, logró el paso de la Carretera Nacional No. 15, por este lugar y la construcción de la brecha a los Azufres; sin embargo, al paso de los años varios estudiantes de Ciudad Hidalgo, que realizaban sus estudios fuera de la población, en la ciudad de México y en Morelia, se unieron para formar La Asociación Juvenil de Jóvenes Ciudadidalguenses, cuya finalidad era “derrocar a las autoridades municipales anteriores a las actuales, ya que eran adictas al señor Don Aquiles de la Peña “. Los acontecimientos se precipitaron a principios de abril, el sábado 4 se reunieron los jóvenes, miembros de la Asociación, ellos lo que querían era la salida del cacique de la población, tomaron la decisión de hostigar a sus principales colaboradores y acordaron bañar a Avelino Pérez e Ismael Pérez en la pila de la plaza principal. El día 5 de abril por la noche un grupo de jóvenes localizó a Avelino Pérez, quien fue amarrado y arrojado a la pila de la plaza principal. Desde ese momento comenzó a circular el rumor de que el agua había sido “envenenada”. Esa noche Avelino Pérez, fue encarcelado por escandalizar en la vía pública al encontrarse en estado de ebriedad. El lunes 6 de abril, desde temprana hora el rumor de lo ocurrido la noche anterior se regó rápidamente y generó una psicosis colectiva. Gran cantidad de personas se reunieron en las afueras de la presidencia municipal, luego de que un vehículo con un altavoz invitaba a la población a “no beber agua, por que está envenenada” El presidente municipal, encomendó al secretario del Ayuntamiento, hiciera una inspección en los manantiales. El señor Fidel Martínez secretario del Ayuntamiento recorrió los manantiales de Carindapaz, San Ángel, Ojo de Agua y San Francisco sin encontrar ninguna irregularidad en ellos. |
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Después de las once de la mañana fue llevado a la presidencia municipal un joven que supuestamente presentaba síntomas de envenenamiento. Inmediatamente fue llevado a la Cruz Roja donde fue atendido por el doctor, el cual declaró que el comportamiento de esta persona no era de un intoxicado ni envenenado, pero en esos momentos llegó otra persona con síntomas de intoxicación. La versión que empezó a circular fue que dos personas habían muerto por haber tomado agua. La multitud que se encontraba congregada en la plaza, se encaminó a la casa de don Aquiles de la Peña, quien supuestamente había ordenado a Avelino Pérez el “envenenamiento” del agua. Mientras la multitud se encontraba en la plaza, Don Aquiles de la Peña fue avisado de lo que ocurría, él con sus allegados se encontraban reunidos en su domicilio comentando los hechos, especialmente lo referente a lo que decían del agua, pues todavía circulaba un vehículo invitando a la gente a no tomar agua. El señor Aquiles de la Peña siguió tratando asuntos en su casa referentes a la política, cuando entró su esposa a decirle que un grupo de personas trataba de incendiar su casa y al mismo tiempo no dejaban de gritar insultos para toda la familia. Don Aquiles de la Peña y su gente estaban armados y la violencia estalló, no se sabe quien empezó a disparar, pero incendiaron la casa y el aserradero, para ese entonces llegó al domicilio el señor cura José Reyna con don José Bringas, el señor cura le sugirió que se entregara a las autoridades y ofreció que él trataría de calmar a la gente. Poco después de que se retiraron éstas personas cayó muerto don Aquiles de la Peña , y, por diferentes circunstancias a las demás personas que estaban ahí no les pasó nada. Dos atacantes de la casa resultaron muertos, más tarde la multitud se dirigió a la presidencia con la intención de apoderarse de Avelino Pérez ya que dicho individuo ya había sido señalado como responsable del supuesto envenenamiento del agua potable que abastecía Ciudad Hidalgo. El prisionero fue sacado de su celda y linchado por la muchedumbre enardecida en el interior de la presidencia municipal. Varios miembros del Ayuntamiento se encerraron en las oficinas, desde ahí se Comunicaron con altos funcionarios del gobierno del Estado para ponerlos al tanto de lo que estaba ocurriendo. Poco después de la muerte de Avelino Pérez comenzaron a llegar a Ciudad Hidalgo los integrantes de dos secciones de soldados de la 21 zona militar de Morelia…con el propósito de establecer el orden en la población para evitar que haya más derramamiento de sangre como consecuencia de los trágicos sucesos.
Mtra. Graciela Medina Bucio
Bibliografía. Maya López, Roberto. “Ciudad Hidalgo”, Monografías Municipales. 1980 Pérez Escutia, ramón Alonso. “Taximaroa” Historia de un pueblo michoacano. 1986
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